Muchas veces la duda me hace
sentir vulnerable,
sintiendo que la fragilidad
acabará lacerando mi espacio.
Otras ,
me invade una seguridad
plena y rotunda
que me empuja hacia caminos
empinados y embarrados.
Al final de todo
siempre,
siempre
soy yo
quien decide
el color de mis lágrimas.
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