Vosotros,
nos llevasteis de la mano
por un mundo complicado,
caminando y tropezando.
Aprendiendo.
Avanzando.
Eran senderos de rutinas,
de verdades y mentiras.
De sonrisas escondidas.
De secretos y de riñas.
Con cielos de silencio,
de sueños muy pequeños,
desconocidos y nuevos.
Atajos de calma y de consuelo
ante la incertidumbre de una vida
que nos estaba creciendo....
Vosotros,
nos llenasteis de fuerza la mirada,
sin prisas,
despacio...
con tiento.
Y después....
ahí...
Siempre ahí.
En silencio y con los ojos bien
abiertos.
Esperando. Mirando. Respetando.
Queriendo.
Impregnando para siempre nuestra
vida
de vuestro aroma
y
consiguiendo que os amemos
de una forma irremediable,
absoluta
y poderosa.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario