Tejados de Madrid. Carlos Casu
Atardece.
Mientras
bebo mi café
los
tejados van perdiendo su dorado.
Van
quedando
solos
y desvalidos
frente
a una noche que llega
fuerte
fría
densa.
Sólo
les queda
el
gran silencio y
la quietud irrespirable
de
muchas horas de espera
hasta
ver llegar,
por
fin,
otro
amanecer.
Vi tu comentario en mi web...bastante tarde por que no avisa. Un saludo.
ResponderEliminar